Conocer tus cartas es vital. Algunas sirven para atacar, otras para distraer o defender. Ejemplo: el Mini P.E.K.K.A puede eliminar tanques grandes como el Gigante con poco elixir. Mejora solo las cartas que realmente usas en tu mazo principal.
El elixir es tu recurso más valioso. Si lo usas todo al atacar, quedarás indefenso. Aprende a mantener un equilibrio entre ataque y defensa. Tener siempre algo de elixir disponible te salvará de muchos ataques sorpresa.
Defender bien es clave. Espera a que tu oponente gaste su elixir y responde con cartas defensivas baratas. Luego, aprovecha las tropas que sobreviven para hacer un contraataque fuerte.
Ver repeticiones te ayuda a mejorar. Fíjate si gastas el elixir correctamente o si colocas tus tropas demasiado tarde. Analiza también cómo los mejores jugadores colocan sus cartas: el posicionamiento es clave.
No siempre las cartas legendarias son las mejores para ti. Domina cartas comunes como el Caballero o el Cañón, que son estables y efectivas. La experiencia con cartas básicas te hará más fuerte en cualquier nivel.
Tu mazo debe tener defensa aérea, terrestre y una carta ganadora como el Montapuercos o Globo. Si usas cartas demasiado pesadas, te quedarás sin tiempo para defender. Busca equilibrio y rapidez para adaptarte a cualquier oponente.
Perder también enseña. Analiza tus derrotas y ajusta tu mazo o tu estrategia. La constancia es la clave: todos los buenos jugadores pasaron por muchas derrotas antes de mejorar.